Wednesday, August 24, 2016

Jugando A Los Esposos (Segundo FINAL Alternativo)

Relato Erotico Gay. Mayores de 18 años Solamente. Lenguaje y fotografías explícitas. Contenido dirigido a una Audiencia ADULTA Gay.


Después de la cena, cada quien se fue retirando a sus respectivos cuartos, solamente mis hermanos, dos de mis primos y yo nos quedamos afuera de la casa platicando y tomando cerveza. Yo estaba cansado y de verdad quería irme a dormir, pero no me sentía preparado para compartir la cama con mi hijo. Decidí quedarme a platicar y dejar que el tiempo pasara para que él se durmiera y no tener que enfrentar una situación difícil.

Desde afuera se veía que casi todas las luces de la casa estaban apagadas.
Debo confesarles que Yo casi no estaba poniendo atención a la platica que se desarrollaba entre mis familiares, mi mente sucia era un desfile de escenas de lo que podía estar pasando en el cuarto donde estaba mi hijastro. Estaría desnudo sobre la cama esperándome? 
Yo recordaba su piel joven y firme arder bajo mis manos y mi cuerpo, recordaba el sabor de sus besos y la intensidad de su calentura. Se me alborotó la verga sin que lo pudiera evitar ni mucho menos controlar. Disimuladamente me la acomodé tratando de que nadie me viera.
El desfile de posibles escenas continuaba en mi cabeza, Estaría con ropa y profundamente dormido? Quizá para él lo de aquella noche solo había sido algo sin importancia. De un solo trago me acabé la cerveza.

Me quedé una hora más platicando pero cuando el cansancio y el sueño me derrotaron, me despedí y me fui al cuarto.
Todo estaba a oscuras y en silencio.

Sentí cierto alivio, me quité las botas y la camisa tratando de no hacer ruido, de no despertarlo.
Por unos segundos no sabia si quitarme el pantalón o no, decidí que no iba a poder dormir a gusto si no me lo quitaba, pero me quedé con mis calzoncillos puestos, la noche estaba medio fresca, así que me metí entre las sabanas tratando de no moverme mucho y dejando un espacio prudente entre mi hijo y yo.
No se movia, por lo que asumí que estaba profundamente dormido. Cerré mis ojos para tratar de dormirme y descansar.
No sé cuanto tiempo pasó, pero desperté por que me dieron ganas de ir a orinar, estaba bien cansado y no quería pararme, pero eso me sacaba por haber tomado mucho, cuando removí la sabana, accidentalmente destapé a mi hijo y vi que estaba desnudo, me quedé paralizado observando su sabroso trasero y su rico culito rosa. 

Tragué saliva y como pude me levanté de la cama sin hacer ruido. Mi verga estaba dura y mi mente se nubló con la deliciosa imagen del trasero perfecto de mi hijo. Era como un néctar que me moría por probar otra vez. La frase correcta era DEVORAR otra vez.
Yo recordaba perfectamente su delicioso sabor, el placer que había sentido al meterle mi verga y deslecharme en él. 
Batallé para orinar, mi verga estaba bien dura y la tarea no fue fácil. El ruido del toilette debió despertar a mi hijo, porque cuando regresé a la cama, él estaba boca arriba y con la verga bien dura.

Me percaté de que yo estaba temblando y de que las manos me sudaban.
Mi hijastro me hizo una señal para que me metiera en la cama mientras removía la sabana y quedar completamente desnudo ante mis ojos.

--"Necesito a mi esposo... me ha tenido muy abandonada." exclamó él en voz baja. "Ya no le gusto? Mi culito ya no es de su agrado, Papito?" me preguntó mientras se acariciaba el pecho y su verga erecta. "Quiero jugar a Los Esposos otra vez, quiero que me haga su mujer..."

Yo me quité mis calzoncillos y los arrojé al suelo, no le contesté, solo me subí a la cama y le puse mi verga enfrente.

--"No tiene idea de cuanto he extrañado su trozo de carne, es la verga mas deliciosa que he probado, esposo mío..." susurró en voz entrecortada y bajita.

Yo temblaba de los pies a la cabeza. No podía combatir éstas ganas sucias y prohibidas por volver a estar con mi hijo y volver a Jugar el sucio y prohibido Juego de Los Esposos...

--"Chupame la verga... mira como estoy, princesa...Le pedí en voz baja, para que nadie nos pudiera escuchar en los cuartos de a lado; él no perdió tiempo en llevarse mi verga a su boca, yo gemí de placer cuando su lengua y sus labios tibios fueron recorriendo mi verga desde la cabeza hasta el tronco. Una lengua tibia que se movía con perfecta destreza. El liquido de mi pre semen se mezclaba con el de su saliva.

--"Aaaaahhh...." una sensación exquisita me invadió el cuerpo completo.  "Ooooh... Que rico. Escupe mi verga... así mero, mi amor, lubricala bien y cométela toda..." susurré tomándolo por las orejas y empujando para que se comiera toda mi verga. "No hagas mucho ruido porque nos pueden escuchar..." le pedí. 

--"No me vuelva a castigar tanto tiempo sin darme verga, Papito..." exclamó él después de varias lengüetadas y succionadas a mi verga.  "O acaso se encontró una mejor hembra por ahí?" me preguntó y se volvió a devorar mi tronco de carne. Así estuvo por varios minutos, afuera se escuchaban ruidos de puertas que se abrían y se cerraban, nadie se imaginaba lo que estaba pasando en nuestro cuarto, la atmósfera era la idónea para enmarcar el morbo del juego prohibido que estábamos jugando mi hijo y yo.

--"No... no he encontrado ni buscado a otra hembra." le respondí yo y le ensarté la verga hasta el fondo de su garganta. 

--"Lo vi muy entretenido con la Sra. Raquel..."

--"Está celosa mi princesa?" le pregunté mientras se la metía y se la sacaba, haciendo que se atragantara.

--"No. Porque yo sé que ella no le puede ofrecer un agujero joven, estrecho y apretado como el mio..." me contestó después de unos segundos que le saqué mi verga para  darle un pequeño descanso a la invasión de la que estaba siendo objeto.

Su comentario provocador, obsceno y sucio me provocaba de mil maneras. Lo tomé de los hombros y lo levanté hasta tenerlo enfrente de mi. Tenia los labios hinchados de mamarme la verga. No pude contenerme mas y lo besé con deseo descontrolado, morbo desmedido. Lo besé sin importarme nada y él correspondió con las mismas ganas, con la misma pasión  y con la misma desesperación.

--"Yo me pregunto si mi princesa anduvo buscando verga por ahí todo éste tiempo que no hicimos nada..." quise saber yo luego del beso de bestias en brama que nos acabábamos de dar. De probar el sabor de mi propia verga en la boca de mi hijo.

--"No... después de probar su verga, no puedo pensar en tener otra que no sea la suya..." me contestó en voz baja mientras me besaba el cuello hasta llegar a mis tetillas, les  dio un mordisco que me hizo gemir de placer. "Aunque ofertas no me faltaron, como su Compadre Lalo que fue un día a la casa a buscarlo y Usted no estaba, andaba tomado, después de un rato me preguntó que si era gay y que  tenia unas nalgas muy ricas, que seguramente estaban mejor que las de su mujer..."

Sentí un coraje y una rabia dentro de mi al escuchar aquella revelación. Primero porque mi Compadre Lalo se había pasado de lanza con mi hijo al cuestionarlo con algo tan privado como su sexualidad y segundo porque me dieron celos de que alguien mas quisiera cogerselo. 

--"Te gusta mi Compadre Lalo?" le pregunté yo tomándolo por el cuello con fuerza y restregándolo contra mi. "Te acostaste con él? Dejaste que te metiera la verga?" él hizo un gemido de dolor y fue cuando me di cuenta que lo estaba lastimando sin querer, 
de inmediato aminoré la fuerza con la que sujetaba su cuello. Me hervía la sangre de solo imaginar que alguien mas lo pudiera acariciar, besar y hacerle todo lo que se dejaba hacer por mi. De que le hiciera a otro lo que me hacia a mi. 

--"El único que quiero que me de una cogida como la que me dio aquella noche hace meses, es Usted esposo mío..."

Me complació escuchar su respuesta. Lo abrasé y tomé nota mental para preguntarle después si mi compadre lo había vuelto a molestar con sus preguntas incomodas; él correspondió a mi abrazo

--"Antes de clavartela por atras, te quiero mamar ese rico trasero que tienes, princesa..." le dije yo dandole varias lengüetadas en el rostro, el cuello y en las orejas. "Quiero preparar con bastante saliva ese agujero antes de meterte toda mi verga... para que sepas quién es tu dueño..."  y tomé su verga erecta en entre mis manos.

--"Yo soy su esposa y USTED es mi dueño..." me contestó él abrazándome fuerte, nuestras respiraciones estaban aceleradas y nuestros cuerpos desnudos ardían en las llamaradas de lo más bajo y de lo más obsceno; él tomó mi verga entre sus manos y me la empezó a acariciar como yo lo hacia con la suya.


Nuestras respiraciones entrecortadas, nuestros cuerpos se estremecían al contacto de la piel desnuda de cada uno de nosotros, mis manos temblaban, las suyas también.

--"Me gusta cuando mi princesa juega con mi verga." le susurré al oído.

--"Y a mi me gusta que a mi esposo le guste lo que le hago, no quiero perderlo y que se vaya por ahí..." me contestó él en un susurro también. "No quiero que busque en otro lado lo que en su casa tiene a su completa disposición."

Nos acomodamos en la cama, yo abajo boca arriba y él  casi se sentó en mi cara. Su trasero estaba a solo centímetros de mi boca, su olor me la puso más dura. Un olor cachondamente provocador, 

--Quieres que me coma tu panochita, Princesa?" le pregunté yo mientras le olfateaba su culito.

--"Si mi amor, cométela toda!!" me contestó él casi en un suplica, se puso mucho mas caliente cuanto me escuchó referirme a su culito como si fuera una vagina de mujer.

Lo llené de lenguetazos y de saliva. Aquel culo era delicioso. Y después de varios minutos, se abria y se cerraba bajo mi boca y mi lengua.

--"Asi...si Papacito, asi comértela toda.... aaaahhhh que rico...me gusta cuando me muerdes las nalgas y tu barba me las raspa todas, déjamelas rojas con tu barba...... me gusta tu lengua en mi panochita,... " y se agarro las dos nalgas para abrirse mejor, para restregarme su trasero en mi cara y me lo seguí devorando. "Si... así mi esposo, Usted si sabe comer panocha y complacer a su hembra..."

--"Quieres que te la rompa a vergazos? Quiere mi esposa que le meta la verga adentro de su panochita? le pregunté después de varios minutos de comerle y atragantarme con su culo delicioso, de llenarlo de lengüetazos y mordiscos.

--"Si, mi Papacito... rompemela  a vergazos, metemela toda y préñame con tu leche, esposo mio." me pidió en una suplica entrecortada por el morbo y la lujuria. "Préñame, hazme un hijo por donde nunca se ha hecho uno." me pidió envuelto en la locura del momento, consumiendo su alma y su mente en el fuego de nuestro juego prohibido.

--"Me gusta mucho que mi nueva esposa si me da todo lo que le pido y a la hora que yo se lo pido."

--"Esta panochita es toda suya, esposo mio.... yo si sé complacer a mi esposo con lo que a él mas le gusta."

Sus palabras me  detonaban la dinamita que sacaba lo mas bajo y sucio de mi ser. Era un depravado y había descendido a lo mas bajo, y en éste momento nada ni nadie me importaba, solamente mis ganas de hacer nuevamente mío a mi hijastro.

--"Tu panochita es solamente mia y no se la vas a dar a nadie, verdad princesa?

--"Si solo suya, Papito... métame su verga ....no me haga esperar mas..."

--"Mia y solamente mía... ENTENDIDO, Cabrona?" le seguí hablando y tratando como una hembra. Eso me prendía sin que lo pudiera explicar o controlar, mas bien nos prendía a los dos. Nos hacia quemarnos en el mismo juego prohibido y depravado de éste secreto caliente.

--"Entendido, Papacito.... solamente suya mi esposo chulo."

Le di unos últimos lengüetazos a su culito para asegurarme que estuviera bien lubricado y luego le pedí que se acomodara en la cama en cuatro patas.
Le sobé su raja de macho antes de metercela... y eso nos hizo perder cualquier remanso de cordura que nos quedaba. Presioné su cintura hacia abajo y él quedo con las piernas abiertas y su culito a mi completa disposición.



--"Deme esa verga, papito... enzartamela toda.... ya no puedo esperar ni un segundo mas...lo necesito adentro de mi..."

--"Aqui te va toda, Cabrona...."

--Metamela...entre con esa vergota que tiene y adueñese de mi... demela toda esposo mio... entre a mi panocha y destrocemela toda..."

Se la fui metiendo lentamente, se sentia bien rico irme abriendo paso en su estrecho agujero, 
agujero de hombre, agujero de lujuria interminable. El placer era enorme y aceleré mi metida, quería llegar hasta el fondo, que mi verga completa estuviera adentro.

--"Ahhhhhh..... me duele, siento que me va a partir en dos..." exclamó tratando de no gritar para que no nos escucharan en los otros cuartos de la casa.

--"Tranquila princesa..."  le dije yo inclinándome para besarle el cuello por atrás pero sin sacarle la verga.

El dolor debió pasar pronto porque mi hijo comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás. Yo lo agarré con una mano del cuello y con la otra le empecé a dar leves cachetadas mientras le decía que era hermosa, que era la esposa ideal. Nos empezamos a mover los dos como si estuviéramos poseídos y nuestros cuerpos no aceptaran ningún otro comando que no fuera el de saciar las inmensas ganas de coger y gozar, yo su culo y él mi verga.

--"Ahhhh....Ohhh, así me gusta Papito... asiiii.... duro y tupido....no pare nuncaaaaaa...."

--"Mi nueva esposa si sabe aguantar verga, la otra que tenia no aguantaba nada... te voy a preñar, Cabrona..." seguí cogiéndomelo con fiereza y descontrol. "

--"Preñeme, Papito...  quiero toda su lechita adentro de mi..." me pidió con vehemencia y aceleré mis embestidas, él también se movía con fuerza, también buscaba alcanzar el alivio a la necesidad física que nos dominaba.
 Se la seguí clavando toda, hasta el fondo.


Perecíamos dos animales indomables que se dejaban llevar por el deseo primitivo de la carne. Nuestros cuerpos estaban unidos en la union mas intima del universo y en nuestro caso, la union mas prohibida y sucia; pero eso no parecía detenernos a ninguno de los dos.
Con cada movimiento descontrolado de nuestros cuerpos mas placer sentíamos.
Así estuvimos por varios segundos, en algún momento el colchón de la cama hizo un ruido y solo eso nos hizo recobrar un poco la noción del lugar donde estábamos y de que podíamos ser descubiertos.

--"Nunca entenderé por qué su otra esposa lo dejó si Usted es un Macho en toda la extension de la palabra..."

Yo no le dije nada y solo aceleré las embestidas de mi verga contra su agujero y cuando los músculos de su culo apretaron mi verga yo ya no pude aguantar mas y exploté adentro de su delicioso y estrecho culito. #DeliciaProhibidaYcompleta

Después de unos minutos le saqué mi verga y le di le vuelta para que quedara de espaldas a la cama y frente a mi, me dejé caer sobre él y nos besamos.

--"Ahora te toca a ti, quiero que me eches tus jugos en mi cara..." le dije ayudándolo a que se levantara y yo me acomodé en su lugar; él se sentó en mi pecho y se empezó a masturbar, no pasaron muchos segundos y se vino en grandes chorros de semen sobre mi cara; él se inclinó hasta tener su cara encima de la mía y comenzó a comerse sus propios mecos. Yo me volví loco de morbo y abrí mi boca para que me diera a probar de su jugo, por primera vez conocí el sabor del semen de mi hijastro,
Nos fundimos en un beso de bestias salvajes, no me importø nada, estaba mås allá de cualquier sentimiento de culpa,  más allá de lo indecible, más allá de lo imperdonable, pero nada me detuvo, nada...

De un movimiento lo tomé entre mis brazos y lo acomode abajo de mi.


Nos seguimos besando hasta comernos todos sus mecos,

--"No vuelva a desatenderme por tanto tiempo, esposo mío..." me pidió él. "Yo lo quiero mucho y haré lo que Usted me pida."

Yo me acosté a su lado y nos abrazamos. La noche nos arropó en su manto oscuro, tan oscuro como el juego que acabábamos de jugar mi hijastro y yo. 

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Al siguiente dia me levanté temprano, porque al igual que la primera vez, no quería hablar con mi hijo después de lo que había pasado anoche.
Había mucho movimiento en la casa, era el día de la gran fiesta.
Después de desayunar, busqué algo en que ocuparme. Me ofrecí a ayudar a Raquel que era la organizadora del evento, tenia un grupo de empleados ayudándola pero con mi ayuda terminamos mas rápido de instalar la carpa enorme que iba a servir como lugar de la fiesta.

--"Tu hijo tiene vario tiempo sentado en la silla del corredor observándonos." me dijo Raquel cuando terminé de colocar el ultimo poste que serviría para colocar la carpa de una manera solida y firme.

Levanté la mirada y vi a mi hijo sentado en una de las sillas mecedoras que estaban en el corredor, a su lado estaban varios de sus primos, pero él era el único que no dejaba de mirarnos a Raquel y a mi. Traía sus lentes oscuros puestos y era imposible descifrar los gestos de su rostro.

--"Creo que no le caigo bien..." exclamó Raquel. "Quizá guarda la esperanza de que un día vas a regresar con su madre."

Yo me quede callado por varios segundos, no sabia que decirle. No podía decirle que mi hijo estaba celoso de ella por "otras razones", por unas muy oscuras y prohibidas razones.

--"Creo que estas equivocada, no lo caes mal a mi hijo, si no deja de mirarnos es porque quizá le ha sorprendido lo hábil que eres tu para instalar una carpa, no es un trabajo común de mujeres." le dije yo tratando de desviar el punto de la platica.

--"Quizá tengas razón..." me contestó Raquel. "Y existe la posibilidad de que regreses con tu esposa?"

--"No." le contesté yo contundente. Si de algo estaba seguro en ésta vida era que no iba a regresar con mi ex mujer. Me puse de pie y creo que vi los ojos de Raquel iluminarse. Yo no quería que ella se hiciera falsas ilusiones conmigo; la relación amorosa que habíamos tenido de jóvenes no había funcionado antes ni tampoco iba a funcionar ahora.

--"Aun eres joven... deberías pensar en rehacer tu vida." exclamó ella.

--"No sé que tenga el destino preparado para mi... el tiempo lo dirá." le dije yo. "Qué mas falta? En qué otra cosa te puedo ayudar?" le pregunté tratando otra vez de desviar la platica.

Luego de 2 horas todo estaba terminado, el resultado de verdad era magnifico. No me cabía duda alguna de que Raquel era muy buena en lo que hacia.


Me fui a dar un baño y a descansar. Faltaban unas 4 horas para que diera inicio la Quinceañera. 
Crei que iba a encontrar a mi hijo en el cuarto, pero no estaba. Después de bañarme, me recosté en la cama, no me puse ropa, estaba completamente desnudo. 
Di varias vueltas en la cama, no me podía relajar, el baño había combatido el calor temporalmente por fuera, pero también había ayudado a iniciar un calor adentro de mi mente y de mi verga, estaba con ganas de coger. Tuve ganas de ir a buscar a mi hijastro, pero no lo hice, seguramente él estaba con sus primos y no debía ni podía quitarle esos momentos familiares.
En qué me había convertido yo?? 
En qué monstruosidad de ser humano me había transformado?? 
Anoche por segunda vez había estado sexualmente con mi hijastro, le había hecho el amor y lo había disfrutado como un desquiciado y él también había correspondido con la misma entrega y el mismo deseo.

No fue fácil relajarme y quedarme dormido, pero finalmente lo logré. No recuerdo cuanto tiempo pasó, solo recuerdo que sentí unos labios recorrer mi cuerpo de los pies a la cabeza, abrí mis ojos y vi que era mi hijo que estaba desnudo a un lado mío en la cama.

--"Es tan guapo y tan hombre mi esposo..."

Yo sonreí y me sorprendí yo mismo de la alegría que me dio al despertar y descubrir que mi hijo  estaba besando mi cuerpo desnudo lo cual había hecho que mi verga se pusiera bien erecta.

--"Le pusiste candado a la puerta?" le pregunté yo sin dejar de mirarlo.

--"Si... no quiero que nadie nos descubra." me contestó y continuó su recorrido de besos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi verga y antes de que yo pudiera hacer o decir algo se la metió toda y hasta el fondo de su boca.

Yo ahogué un gemido, no quería hacer ruido, estábamos en casa ajena; pero el placer que mi hijo me estaba dando con su boca era enorme y yo lo necesitaba, no iba a negarme. 


Después de varios minutos de estarme mamando la verga, yo ya chorreaba pre semen y él se puso a jugar con el y después de comercelo todo, continuó con su recorrido de besos por todo mi cuerpo desnudo hasta llegar a mi boca, yo lo tomé del cuello y nos besamos como dos desquiciados sin remedio y sin poder luchar contra lo que sentíamos. Sus gemidos eran eco idéntico de los míos. 

--"Esto no esta bien, pero no puedo dejar de hacerlo." le susurré al oído y le di un apretón de nalgas.

-- "Vi a mi esposo muy divertido con su novia de la juventud..." me dijo mientras se acomodaba arriba de mi a la vez que ignoraba mi comentario de que lo que estábamos haciendo no estaba bien. "También vi la manera en que ella lo miraba."

--"Ya te dije que solo somos amigos..." le contesté yo y no me dejó que siguiera hablando, me puso una mano en mi boca y con la otra me apretó la verga. "Ella quiere éste trozo de carne adentro de ella, pero yo soy su esposa y ella no lo puede tener... éste trozo delicioso que Usted tiene es mío y solamente mío."

Y nos volvimos a besar con una urgencia que yo no había experimentado nunca en mi vida. Lo tomé en mis brazos y de un movimiento le di vuelta poniéndolo abajo de mi.

--"Mi trozo de carne es solamente tuyo, Princesa." le susurré yo al oído y le di un leve mordisco. "Raquel y yo solo somos amigos."

--"Pero ella lo desea, ella quiere estar con mi esposo..." me contestó mientras me abrazaba del cuello con sus brazos y la espalda con sus piernas. "Lo desea y no lo puede ocultar..."

--"Yo estoy aqui contigo y nunca voy a estar con ella." le prometí y él me abrazó con fuerza, su verga dura presionada a la mía, haciendo contacto y logrando que nuestros cuerpos se estremecieran de placer.

--"Deme verga otra vez, esposo mío... quiero sentir ese placer que solo Usted me puede dar." y me tomó mi pene con su mano derecha y me lo empezó a afrontar sobre su joven y firme trasero.

--"Ya no tarda en empezar, la fiesta." le dije yo gimiendo de placer al sentir su mano acariciando mi verga con suaves movimientos que me trastornaban.

--"Tenemos tiempo antes de arreglarnos y bajar a la fiesta." me dijo en voz bajita y lamiendo mi cuello. "Quiero sacarle toda la leche que trae en sus bolas, están llenas." exclamó mientras me apretaba mis bolas duras y llenas. "Su leche es mía y la quiero ahorita...quiero que me escurra toda su leche por mi panochita..."

Sus palabras y peticiones obscenas me lanzaban una y otra vez a la locura, a realizar lo indecible y sin poder luchar para poder controlarme accedí a darle lo que me pedía. Me bajé a darle una buena mamada de culo, a lubricarcelo bien antes de meterle la verga.

--"Aaaaahhh... que rica lengua tiene mi esposo, me gusta como la sabe usar en mi panochita."

No sabría explicarles porque me excitaba que hablara en femenino, que se comportara como una hembra lo hacia todo más torcido y extremadamente fascinante. Me iba a podrir en el infierno, pero no podía detener ésta locura que cada vez iba cobrando más fuerza. 

--"Que bueno que a mi Princesa le gusta la manera de comerme su deliciosa panochita... porque es mía y de nadie mas, no quiero compartirla con nadie." le dije mientras le devoraba su rico agujero, era un néctar de durazno que me calentaba de pies a cabeza y me hacia olvidarme de todo.

Se lo estuve chupando por varios minutos, haciendo que gimiera de placer y pidiéndole que no hiciera mucho ruido porque nos podía escuchar mi familia o algunos de los invitados a la fiesta, la casa estaba llena de gente.

--"Ssshhh... no hagas mucho ruido o nos van a descubrir..." le dije yo dandole unas mordidas en sus duras, redondas y tersas nalgas.

--"Metame la verga, esposo mio... ya estoy lista para recibirlo.... ya no puedo aguantar más, lo quiero adentro de mi."

--"Yo también quiero estar adentro de ti, princesa..."

Su culito ya estaba mas que listo para recibirme, no habían pasado ni 24 horas de la ultima vez que habiamos cogido, de estar adentro de su agujero de placer y era igual o mas morboso y sabroso esta vez.

Sus gestos, sus jadeos y gemidos me volvían loco, me hacían sentirme el mejor amante del mundo.


--"Deme toda su leche, cuando bajemos a la fiesta va a ir bien seco porque toda su leche se va a quedar conmigo y si acaso la Raquel logra convencerlo de que se la coga, no va a poder porque yo ya lo deje vacío..." me dijo mirándome a los ojos mientras yo le reventaba el culo con mis embestidas de verga.


--"Nunca había tenido una panochita así de rica y apretadita..." le dije mientras subía de intensidad mis movimientos sobre su culo.

--"Lista y dispuesta a la hora que Usted quiera, esposo mío..."

Nuestros cuerpos sudaban sin cesar y no dejábamos de gemir y d movernos como fieras poseídas por el deseo de la carne, de la morbosidad.
Le saque la verga y le di la vuelta para ponerlo boca bajo sobre la cama y cuando iba a protestar porque se la había sacado, se la volví a ensartar de un solo, toda y hasta el fondo.


--"No me la vuelva a sacar hasta que me llene con su lechita, esposo mío..."

Aceleré los movimientos de mi invasión a su culo y tomando su cuello con mi mano lo sujeté para que no se moviera, sometiéndolo a mi gusto y placer.
Después de varios minutos me vine a dentro en chorros de semen que llenaron todo su agujero, yo hice un gran esfuerzo para no aullar de gozo, de placer infinito, no podía arriesgarme a que me escucharan, todos los invitados se estaban preparando, la fiesta no tardaba en empezar.
Luego de unos segundos me dejé caer sobre él, mi cuerpo lleno de sudor.

--"Ya tienes toda mi leche adentro de ti, princesa..." le dije dandole un leve mordisco en el cuello.

--"Si... como debe ser porque yo soy su esposa y la dueña de toda su leche." me contestó dándose la vuelta y tomándome por el cuello nos besamos con fuerza, él aun no se venia y necesitaba alcanzar el alivio. Yo lo seguí besando mientras con una de mis manos tomé su verga y lo empecé a masturbar, no pasaron muchos segundos cuando lo hice que se viniera en mi mano, llenándola de su semen, se lo di a comer y mientras nos besábamos, los dos volvimos, por segunda vez, a comernos sus mecos.

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La fiesta de 15 años de mi sobrina estaba muy animada, desde mi mesa que compartía con mis padres tenia una vista muy buena del lugar.
No podría explicarles cómo sentía porque era una mezcla de sentimientos encontrados, por un lado la culpa de estarme acostando con mi hijastro, un sentimiento que se acentuaba más al estar rodeado de casi toda mi familia, pero eso era justamente lo que lo hacia todo más morboso y excitante. Le di un trago a mi cerveza, el frío licor era una manera de calmar el fuego que traía adentro de mi cuerpo, estas ganas interminables de querer coger y coger... pero con mi hijastro. La verga se me movió debajo de mi pantalón sin poderlo evitar cuando lo vi del otro lado platicando con sus primos y primas. Se veía tan guapo y su traje de color azul marino hacían que su piel resaltara, hacia mucha calor y cuando se quito el saco, su buen trasero me robó el aliento, el pantalón parecía que se le iba a romper, tenia unas nalgas exquisitas y bien paradas. Le di otro trago a mi cerveza.

--"Estas tomando muy aprisa, hijo." exclamó mi madre haciendo que yo volviera a la realidad. "Ya viste que bonita se ve Raquel?"

No supe que responder porque ni siquiera le había puesto atención a ella, mi madre me hizo una señal hacia donde se encontraba Raquel.
Si, se veia muy hermosa, pero no me excitaba, nunca me había excitado al grado de perder la cabeza por ella y por eso mismo nuestro noviazgo no funcionó.
Giré mi cabeza otra vez hacia donde estaba mi hijastro y me mordí los labios al recordar su piel joven, tersa y firme, su cuerpo temblando sobre el mío. Cerré los ojos por unos segundos tratando de controlarme, de verdad estaba mal; había llegado demasiado lejos con éste deseo mal sano. Cuando abrí los ojos vi a mi Compadre Lalo y a su familia llegar a la fiesta; ésta vez lo vi de diferente manera, sentí rabia por lo que le había dicho a mi hijo. No podía imaginármelo desnudo en una cama pidiéndole a mi Compadre que le diera verga, no podía imaginar a mi princesa pidiéndole verga a otro hombre que no fuera yo...

Sacudí mi cabeza avergonzado y me levanté de la mesa para ir por otra cerveza, lo que había iniciado como "un juego" estaba llegando demasiado lejos. Era un pecado. Era Prohibido. Debía y tenia que terminar.

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A lo lejos se escuchaba la alegre música de la fiesta, estaba tan sumergido en mis pensamientos que no escuché el ruido de pasos que se acercaban.

--"Por qué tan solito?" era la voz de Raquel. "Necesitas compañía?"

--"Me alejé un rato de la fiesta para respirar el aire fresco y puro de la noche." le contesté yo poniendo de pie. "Y no se le puede decir que no a una compañía tan agradable como la tuya." le contesté.

Así inició una amena platica entre los dos, inmediatamente me di cuenta que ella estaba pasada de copas, yo también lo estaba. En un momento de la conversación Raquel perdió todo el pudor y me dio un beso, por segundos yo me quedé sin moverme porque no sentí nada, cosa que no pasó desapercibida para ella.

--"Ya no te gusto?" me preguntó restregándome su cuerpo.

--"Eres una mujer muy hermosa." le contesté tratando de no hacer el ridiculo.

--"La luna está muy bonita, se me antoja ir a dar una vuelta por el jardín del rancho. Te acuerdas que cuando éramos jóvenes nos escondíamos ahí?"

Claro que lo recordaba y también recordaba lo que hacíamos; pero ahora ya no sentía lo mismo. No tenia ningún deseo de esconderme a cachondear con nadie... al menos que fuera con...

--"Apá..." se escuchó la voz de mi hijo que se acercaba. "Ya van a hacer el brindis y a partir el pastel, mi abuela me mandó a buscarte."

Bajo la luz de la luna se veia tan sabroso, frente a mi estaban Raquel, mi novia de la juventud y mi hijastro, mi locura del presente. Tragué saliva y un escalofrío me recorrió el cuerpo completo.

--"Regresemos a la fiesta..." me dijo Raquel tomándome del brazo. La molestia en el rostro de mi hijo era evidente y ni lo oscuro de la noche le podía ayudar a ocultarla.

--"Adelantate Tu, ahorita vamos mi hijo y yo..." le pedí a Raquel.

Después de que Raquel se fue se hizo un silencio de varios segundos. Mi hijastro se dio la vuelta y se disponía a regresar a la fiesta cuando yo lo detuve agarrándolo por la espalda.

--"Por qué estas molesto conmigo?" le pregunté restregando su cuerpo contra el mío. Estar tan cerca me puso la verga dura.

--"Vi a mi esposo besándose con Raquel... lo vi y no me lo vaya a negar." estaba celoso y eso me gustó.

--"Así como viste el beso, espero que hayas visto que fue ella quien me besø y que yo no correspondí." le dije estrechando más fuerte contra mi.

--"Vamos a la fiesta, nos están esperando." me contestó él.

--"Después del brindis quiero que nos escapemos a uno de mis lugares favoritos del rancho." le dije y sin poder controlarme le di un beso mientras le apretaba las nalgas, su verga también estaba dura como la mía. Nos besamos con fiereza, con urgencia.

--"A dónde?" me preguntó respirando con dificultad después de besarnos, yo no lo soltaba, lo seguía teniendo pegado a mi.

--"Esa es una sorpresa, pero espero que le guste a mi princesa..."

--"Quiero que me preñe, que me llene de su leche y me haga un hijo por donde nunca se ha hecho uno..." me susurró él al oído.



F I N

MUY PRONTO llega NUEVO #RelatoCALIENTE

EL RANCHERO


No se lo Pierdan. Los Espero a Todos !!