Saturday, October 11, 2014

SERIE CALIENTE: El Esposo De Mi Tia ( Episodio # 1 )


Debía ser un día normal, pero no lo era. Afuera era un día fresco y agradable del otoño, mi estación favorita del año. Pero aquí adentro de la casa, había un silencio que calaba hasta los huesos, un contraste enorme con los gritos de la pelea de ayer en la noche, cuando mi Tia y mi Tío habían tenido la  discusión  mas fuerte de toda su relación. Tan fuerte que mi Tia había decidido irse de la casa. Mi Tío había hecho hasta lo imposible para detenerla, pero ella ya estaba cansada de EL. Todos en la familia sabíamos que mi Tío era un mujeriego empedernido. Pero a mi Tia eso no le había importado al principio cuando lo conoció, porque cuando estas enamorado crees que vas a cambiar a tu pareja. Un error que ella había descubierto muy tarde. Anoche,  después de 8 años de matrimonio ella se había ido de la casa, jurando no volver jamas. Era la primera vez que se iba. No tenían hijos. Y eso también era parte del problema. Nadie en la familia sabia cual era la razón, pero se rumoraba que alguno de los dos era estéril. Y eso también debía ser una razón muy fuerte para sus constantes pleitos, mismos de los que yo había sido testigo desde que llegué a vivir a su casa para continuar mis estudios que no podía seguir en mi pueblo.

Hoy era Sábado por la mañana. Después de que mi Tia se había marchado anoche, mi Tío se había arreglado como para ir a una fiesta o algo así y no había regresado en toda la noche. De seguro se había ido a quedar a la casa de alguna de sus conquistas o quizá de parranda con sus amigos. Me asomé por la ventana para ver si estaba su camioneta.

No había regresado..
Me preocupaba saber que iba a pasar conmigo si mis Tíos se separaban o peor aun, si se divorciaban. Seguramente mis Padres iban a tener que buscar otro lugar para mi. Pero nada iba a ser como estar en la casa de un familiar tan cercano, como lo era esta casa.
Me estiré en la cama antes de ponerme de pie, traía puesto mi calzoncillo y nada mas, no había nadie en la casa, así que no me tenia que vestir. Tenia algo de hambre. Camino a la cocina, me detuve en frente de la puerta de la recamara de mis Tíos, su cama estaba intacta. El silencio que dominaba cada rincón de la casa era impresionante, yo estaba acostumbrado a ver a mi Tia ir de un lado al otro de la casa, limpiando, acomodando cosas, siempre al pendiente de todo.
Entré a la cocina, todo estaba en perfecto orden, limpio e inmaculado. Usualmente a esta hora del dia la casa estaba inundada de olores exquisitos por los desayunos que ella preparaba y que tanto lo que gustaban a mi Tío Ignacio.
Que era lo que estaba mal entre ellos? Sin duda mi Tia era una buena mujer, decente y muy guapa. Y una excelente ama de casa. Acaso no se entendían en la cama? Era la falta de hijos? Las supuestas infidelidades de mi Tio?

Sacudí mi cabeza, yo tenia que preocuparme por mis estudios y no ocupar mi mente en cosas de casados.
 Después de prepararme algo de desayunar, prendí  la tele y mientras la veia sentado en la mesa del comedor, me olvidé un rato del drama que se estaba viviendo en casa de mis Tios, estaba tan adentrado en la película de comedia que no me di cuenta cuando llegó mi Tio Ignacio, no sé como no escuché el ruido de la puerta, pero el caso es que cuando me di cuenta de que mi Tío había llegado, era porque EL estaba parado a un lado de la mesa, del susto yo salté de la silla.

--"Que pasa, Sobrino?" Me preguntó mi Tio mientras me observaba de arriba a abajo. Ahí fue cuando me di cuenta de que solamente traía puesto mi calzoncillo.

--"No lo oí llegar." Le contesté algo nervioso.

Mi Tio Ignacio se veia cansado, sus ojos casi se le cerraban del sueño, pero con su mirada seguía recorriendo mi cuerpo, nunca me había visto así,  por respeto yo no acostumbraba a andar así por la casa. El se dio cuenta de que yo estaba nervioso y asustado.

--"Relajate, Cabron. Estamos entre hombres. Tu Tia no esta y no se si algún día va a regresar. No tiene nada de malo que andes así por la casa. Yo a tu edad, andaba encuerado cuando mis padres no estaban."

Es aquí donde tengo que confesar que no solo estaba nervioso porque estaba casi desnudo enfrente de mi Tio Ignacio, sino porque EL era la causa de mis desvelos y mis calenturas. Desde antes de que me viniera a vivir a su casa, yo sentía algo por mi Tío y ese sentimiento de calentura y cachondez se había aumentado desde que vivíamos en la misma casa. Yo sabia que esto no estaba bien. EL era el esposo de mi Tia y EL jamas me había dado motivo para que yo sintiera esto que me quemaba por dentro.

--"Me voy a ir a dormir un rato, la peda que me puse estuvo buena."

Y sin decir mas, se dio la vuelta y se fué, mientras se alejaba, yo no pude evitar clavar mi mirada en su bien formado cuerpo, aun con ropa, yo podía deleitarme con su espalda amplia, con sus nalgas abultadas y esas piernas grandes y fuertes. Por eso tenia fama de galán, de mujeriego; porque tenia todo para hacer caer a sus pies a quien EL quisiera. Mi verga se alborotó inmediatamente, lo bueno que mi Tío ya se había ido y no me podía ver. No podía ser testigo de como me calentaba con EL.

Después de lavar mi plato y el vaso, regresé a mi recamara, pero al pasar por el cuarto de mi Tio vi que la puerta no estaba completamente cerrada, la curiosidad me ganó y me acerque tratando de no hacer ruido.
Lo que vi era como una foto del cielo, una postal sacada del eden, mi Tio Ignacio estaba acostado en la cama desnudo, tragué saliva varias veces y mi verga se volvió a alborotar. Nunca lo había visto sin ropa. Que ricura de Macho Completo era mi Tio Ignacio. Me quedé observandolo por unos minutos, estaba profundamente dormido, la borrachera y el cansancio lo tenian rendido. Parecia un tigre descansando en su trono, relajado, pero a la misma vez imponente. Ese cuerpo velludo y musculoso excitaban a cualquiera. Me empecé a frotar mi verga por arriba de mi calzoncillo mientras me deleitaba viendo su cara de muñeco con esa barba que debía sentirse deliciosa sobre cualquier piel desnuda. Lo que yo daria porque fuera sobre la mía, lo que yo daría por tenerlo así desnudo junto a mi y poder tocar, acariciar y besar ese cuerpo de perfección total. Mi mirada se clavó en su verga, tantas veces que me había jalado la mía pensando en la suya. Me mordí los labios porque lo que queria era correr a su cama y chuparcela; probar por primera vez el sabor de aquella verga que sin estar dura se veia deliciosamente suculenta. Yo queria ponercela bien dura y hacer que se  retorciera de placer. Volvi a tragar saliva varias veces y se me ocurrió una idea.

Fui por mi teléfono celular a mi cuarto y regresé a tomarle una foto a mi Tio Ignacio.

No pude tomarle solo una, fueron varias, de lejos, de cerca, de todos los ángulos posibles. Las manos me temblaban y mi verga estaba dura, bien dura y yo podía sentir el pre-semen que mojaba la tela de mi calzoncillo. Mi Tío se despertó cuando su teléfono celular sonó. Yo me hice a un lado de la pared para que no me viera, pero me quedé escondido para saber quien le estaba hablando. A lo mejor era mi Tia, aunque era muy pronto para que ya lo estuviera buscando, no hacia ni 24 horas que se había ido.

--"Llegué bien a mi casa. Gracias por preocuparte, Muñequita. Disculpa se me olvidó llamarte."

Obvio no era mi Tia, era una de las mujeres con las que le ponía el cuerno. Sentí un coraje y una rabia que estaban fuera de lugar, pero no lo podía evitar.

--"Voy a dormir un rato, necesito descansar y que se me baje un poco la cruda; pero esta noche voy a verte otra vez, voy a aprovechar que estoy soltero unos días."

Por un hombre como ese yo daría la batalla y no dejaría que cualquier puta se acostara con EL. Aquí debería estar mi Tia cuidando a su hombre. En su casa, en su lugar de dueña y señora. No cediendo el terreno para que otra gozara de tremendo machote que era su marido.

--"Quiero que me esperes con el calzoncito morado y nada mas. Te llego por alla como a las 8 de la noche. Te voy a comer todita."

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No me cansaba de mirar las fotos que le había tomado a mi Tio Ignacio, de imaginar lo que seria sentir su cuerpo musculoso sobre el mío, su barba raspando mi cara y mi cuello. Me volví  a jalar la verga por segunda vez pensando en lo que seria coger con EL.
Eran las 8:30 de la noche, a esta hora mi Tío ya debería estar con "la muñequita" que le había hablado en la mañana. Ella estaba disfrutando de sus caricias, de sus besos, de su cuerpo…de su verga. EL le había prometido que se la iba a comer toda. Que suerte tenia ella. Tremendo banquete que se iba a dar con semejante semental.

De seguro otra vez no iba a llegar a dormir. Un coraje mas fuerte que yo se apoderó de mi. Pero no podía hacer nada, mi Tío Ignacio nunca se iba a fijar en un hombre y menos en mi, el sobrino de su esposa. Lo que yo sentía por EL estaba mal, muy mal. Por qué me estaba pasando esto a mi?? Me levanté de la cama y me metí a bañar. Después de secarme el cuerpo, me paré frente al espejo. Yo no me consideraba el chavo mas guapo del planeta, pero tenia lo mío, un cuerpo bien marcado, definido, unas buenas nalgas y una buena verga. Debía estar ligando con chavos de mi edad. No era difícil encontrar con quien coger, pasar el rato. En eso debería enfocarme, gozar mi juventud y no estar sintiendo esto que me volvía loco por mi Tío Ignacio. Era una locura que no me iba a llevar a ningún lado. Pero una cosa era lo que la razón me decía y otra mas fuerte la calentura que dominaba mi mente.

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Conforme los días fueron pasando, me di cuenta de que el pleito entre mis Tíos era mas serio de lo que pensaba. Cuando hablé con mi Papá me dijo que a lo mejor me iba a tener que ir a una Casa de Huéspedes hasta que se solucionara el problema. Yo no quería irme, no quería dejar de ver a mi Tío Ignacio, pero no había nada que yo pudiera hacer. Aunque yo era mayor de edad, mis Padres me mantenían y yo tenia que hacer lo que ellos ordenaran, hasta que me graduara de la Universidad y encontrara trabajo.

Y hablando de la Universidad, Un dia  que llegué tarde de la facultad, me sorprendí de ver la camioneta de mi Tío Ignacio estacionada afuera de la casa, normalmente EL llegaba hasta mas noche. Sentí una alegria inevitable porque iba a tener mas tiempo para platicar con EL y deleitarme con su cuerpo de Semental Divino. Con esa sonrisa que lo hacia verse mas buenote, mas macho y mas deseable. Chingonamente apetecible. Lo que yo daria por poder metermele entre sus piernas y chuparle la verga hasta sacarle la ultima gota de su leche de macho. #ricuraCelestial

Entré a la casa y no había nadie en la sala ni en la cocina, pero el fuerte olor a perfume de mujer estaba en todas partes. Y no era el perfume de mi Tia.
 Escuché unos ruidos que venian de la recamara principal. Me acerqué, la puerta estaba cerrada, pero yo podía oír lo que estaba pasando.

--"Me tenias muy descuidada, Vecino. Hacia mucho que no hacíamos eso tan rico que Tu sabes hacer." Era la voz inconfundible de la vecina.

--"No podía con mi mujer siempre vigilando todo lo que hago."

--"Que bueno que se fué y que mi marido sigue viajando tanto por su trabajo, porque la verdad ya quería volver a hacerlo contigo, Nachito."

--"Yo también Chiquita. Tienes una panochita bien rica y apretadita."

No podía creer lo que estaba escuchando. Mi Tío estaba cogiendo con la vecina en la cama de mi Tia.

El primer impulso fue irme a mi recamara. No estaba bien lo que estaba haciendo, escuchando detrás de la puerta. Pero lo que ellos estaban haciendo tampoco estaba bien, ambos le estaban poniendo el cuerno a sus respectivas parejas.  Traté de no hacer ruido y me encaminé a mi recamara.

Pero el segundo impulso fue mas fuerte. Salí al patio de atrás y caminé hasta la ventana de la recamara principal. Yo tenia que ver con mis propios ojos lo que estaba pasando; no podía abrir la puerta de la recamara para ver, porque mi Tío me iba a descubrir. Esta era la mejor opción. La cortina de la recamara esta abierta, lo que me permitío ver lo que estaba pasando en el interior.
Desde mi escondite yo podía verlos a los dos. Sentí rabia y morbo, mucho morbo. Mi Tio estaba sin camisa, mostrando su pecho velludo y musculoso y su estomago plano, con el cierre del pantalon abierto y con su verga de fuera y bien dura. PAPACITO RICO. Delicioso. Sabroso.

 La vecina estaba de rodillas, sin blusa y sin brazier, mi Tio Ignacio la tenia agarrada de la cabeza mientras ella le chupaba la verga. Aquella misma verga que yo me moría por probar.
No podía escuchar lo que decían, pero con ver lo que estaba pasando era suficiente para darme cuenta de que mi Tío Ignacio estaba pasandola muy bien.
La vecina le estaba dando una buena mamada, de eso no había duda. Contra mi voluntad, tenia que admitir que aquello me estaba poniendo bien caliente. Era exquisitamente morboso ver a mi Tío Ignacio dejandose mamar la verga.
Mi cuerpo completo estaba ardiendo de deseo y lujuria, la ropa me estorbaba, me desabroché la camisa y me bajé mi calzoncillo y el pantalon para jugar y atender mi verga dura y afilada.


La casa estaba cercada por una barda de ladrillo, ninguno de los vecinos me podia ver.
Después de unos minutos, mi Tío agarro  a la Vecina y la aventó sobre un sillon, le quitó los zapatos, la falda y el calzón de color morado se lo hizo a un lado, EL ya no aguantaba mas, ya no podia esperar mas, tenia que meterle la verga; pero antes de eso, mi Tio Ignacio le empezó a mamar la panocha. Parecia animal que no había comido panocha en años, profundamente hambriento.
Qué tenia que hacer yo para que algún día EL se comiera mi culito de esa misma manera y poder sentir su lengua tibia y su boca carnosa devorando mi agujero...

Yo seguia jugando con mi verga, aquello era morbosamente exquisito. Caliente. Suculosamente  caliente.
Después de que le había dado su buena mamada de panocha, le empezó a chupar el culo.
Mi verga estaba a punto de explotar de imaginar la sensación gloriosa de sentir la lengua y la barba de mi Tio haciendome lo mismo que a la vecina. Yo queria que fuera en mi culo, no en el de esa mujer. Ella tenia que estar en la gloria, y aunque la ventana estaba cerrada, podia escuchar los gemidos y gritos de placer de la tipa. Que envidia sentia yo.

Pensé que mi Tio Ignacio le iba a clavar la verga en la panocha, pero cuando vi que se la empezaba a meter por el culo mi calentura aumentó muchísimo mas. A eso se referia la vecina cuando los escuché detrás de la puerta y ella dijo: Hacia mucho que no hacíamos "eso" que tu sabes hacer tan rico.

A la vecina le gustaba que le clavaran la verga por el culo. Tanto como me gustaba a mi. Pero ella tenia mas suerte que yo, mi Tío Ignacio, mi macho soñado le había chupado la panocha y el culo de una manera salvaje, primitiva y hambrienta y ahora le estaba reventando el culo con su verga.


Aquella escena era casi perfecta, era la escena que yo había soñado, pero el lugar de la vecina debería ser el mío. Yo quería ser el que le estuviera dando su culo al esposo de mi Tia. Mi culo debería estar siendo destrozado por la verga jugosa y dura de mi Tío Ignacio.

Yo debería ser quien estuviera recibiendo las envestidas duras y precisas de su verga, sentir que con cada metida de su trozo de carne me hacia tocar el cielo por primera vez. Pero solo me quedaba conformarme con verlo así, gozando con otro cuerpo que no era el mío.
Mi Tio Ignacio era un animal, un perfecto animal que solo se dejaba llevar por los deseos de la carne, era un animal del cual yo me moría por conocer su furia. Esa misma furia con la que le estaba reventando el culo a la vecina.


Le estaba perforando el culo como si fuera una maquina automática y veloz. Esa mujer tenia que estar alcanzando niveles de placer jamas pensados. La verga de mi Tio tenia que ser la llave que abriera la puerta hacia el escondite prohibido de un placer sucio y pervertido. El placer mas chingon que nadie haya vivido. Y yo queria sentirlo, gozarlo, disfrutarlo...vivirlo. Ya no podia aguantar un solo segundo y apresuré mis manotadas sobre mi verga, viniendome a chorros.

--"Tio Ignaciooooo…" Un susurro que en el silencio de la noche se murió. Me dejé caer sobre el zacate temblando y me recargué sobre la pared de la casa, tratando de no hacer ruido, mientras a dentro de la casa, el esposo de mi Tia le daba tremenda cogida a la vecina. Y yo me tenia que conformar con ver y no poder tocar.

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El día estaba muy agradable, ni frío ni caluroso. Un día ideal del Otoño. Perfecto para una buena caminata. Y caminando me regresé del centro comercial a casa de mis Tios. Estaba muy contento de haber encontrado lo que había ido a buscar. Mis Padres me daban una mensualidad para los gastos básicos, personales y de la Universidad. Me iba a tener que sacrificar este mes, pero valia la pena, al menos esperaba que valiera la pena.
Llegué a la casa y obvio mi Tío Ignacio no estaba, aun no regresaba de trabajar. En mi cuarto saqué de la bolsa lo que había comprado.
Un calzoncillo de color morado y una camisa sin mangas  también de color morado. Ese color parecia ser el favorito de mi Tio Ignacio. En la platica por telefono con "la muñequita" le había pedido que lo recibiera solamente con un calzoncito morado.
La vecina traia un calzoncito morado también. Y el otro día que mi Tío no estaba, yo me puse a buscar en las cosas de mi Tia y no encontré ninguna prenda intima de ella en color morado.
Era obvio que a mi Tia no le gustaba ese color. Sin embargo a mi Tio Ignacio le gustaba un chingo. Era un fetiche que lo retecalentaba. Las putas que se cogía lo complacían en todo y al parecer mi Tia no.

Yo también iba a jugar a ser una puta con la ropa interior morada. Solo tenia que esperar por el día y el momento adecuado. A mi Tío le gustaba coger por el culo y yo tenia uno jugoso y apretado para su gozo. Yo le iba a dar el mejor de todos los culos que se hubiera cogido nunca.

Solo tenia que ser paciente y esperar...

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Y ese día llegó cuando menos lo esperaba, una noche mi Tío Ignacio sufrió un accidente en el trabajo, no fue un accidente peligroso, pero lo dejó incapacitado para trabajar por unos días. Recuerdo que cuando regresé de la Universidad, vi su camioneta estacionada en el porche de la casa, inmediatamente pensé que de seguro estaría cogiendo otra vez con la vecina. Sentí que me hervía la sangre del coraje y de los celos, pero cuando entré  a la casa y lo vi tirado en el sofá con la pierna derecha enyesada me asusté un chingo.

--"Qué le pasó Tío?" Tuve que hacer un esfuerzo para no correr a abrazarlo como si fuera una colegiala enamorada que enloquece a ver a su príncipe azul. #nomamescabron
Pero tenia un color pálido y la medicina lo tenia como atontado.

--"Tuve un pequeño accidente en el trabajo esta mañana. Me quebré la pierna". Me contestó EL con los ojos semi-cerrados. Era obvio que la medicina que le habían puesto para calmar el dolor lo tenia adormilado.

--"Le voy a hablar a mi Tia para avisarle."

--"NOOO…" Fue casi un grito de mi Tio.

Yo lo miré a los ojos, pero apenas y si los podía mantener abiertos.

--"Tu Tia se fue por su voluntad…" me dijo con voz pausada.  "Yo nunca la corrí de aquí. Si un día regresa será de la misma manera que se fue, por su propia decisión…."

Yo me quedé viendolo en silencio. Se veia tan vulnerable con su pierna enyesada, tirado en el sofá. Era obvio que el dolor no había desaparecido del todo. Su pelo estaba despeinado y la camisa estaba desabrochada a la mitad, dejando ver su musculoso y velludo pecho, tragué saliva. No debía estar mirando a mi Tio de esta manera en estos momentos, pero lo que sentía por EL era incontrolable. Después de unos segundos, EL volvió a abrir sus ojos y nuestras miradas se encontraron.

--"Ni tampoco quiero que les digas nada a tus Padres de mi accidente, no quiero que le digan nada a tu Tia. Entendido?"

--"Entendido, Tio!!"

Y tal y como EL me lo pidió, yo no le dije nada a mis Padres. Pero la ausencia de mi Tia solo sirvió para que yo diera rienda suelta a mis pervertidos y sucios pensamientos. Todo era tan prohibido que mas morbo me daba y mas caliente me ponía. Los dos solos en la casa, escenario perfecto para que yo me diera vuelo imaginando todas las cosas sucias y sabrosas que quería hacerle a mi Tio.

EL tuvo que usar las muletas que el doctor le había dado para moverse de un lado al otro de la casa, pero como no estaba acostumbrado a usarlas, se frustraba mucho al tener que depender de ellas para caminar. Y eso fue la excusa perfecta para que se diera el acercamiento entre nosotros dos que yo tanto quería.

Se fue dando poco a poco, primero ayudandolo a ponerse de pie y agarrarlo por la espalda para que encontrara balance; esa primera vez que con mis brazos lo ayudé a ponerse de pie yo estaba sudando de la emoción y de la calentura, de sentir su cuerpo fuerte y musculoso tan cerca del mio y a la misma vez tan lejos.
Pero era lo mas normal que yo lo ayudara. No había nada de malo en eso. Lo malo era lo que yo estaba sintiendo y que nadie sabia. Las ideas llenas de lujuria que llenaban mi mente.

Yo me convertí en su enfermero por decirlo de alguna manera. Me aprendí los horarios de las medicinas. Le preparaba sus comidas y lo ayudaba a moverse de un lado a otro. Aunque los primeros días se la pasaba dormido, por los efectos secundarios que le provocaba la medicina para controlar el dolor.
Recuerdo perfectamente que la primera noche fue la mas difícil. Primero porque mi Tío Ignacio era un hombre muy independiente y tener que usar las muletas lo tenia bien enojado. Pero no le quedaba otra opción que aprender a usarlas.
Y mas difícil fue para mi cuando tuve que ayudarlo a quitarse la ropa para bañarse la primera noche. Un suplicio delicioso quitarle la camisa y rozar con mis dedos, sin querer su piel velluda de macho perfecto. Mi verga me estaba traicionando porque se me alborotaba de sentirlo tan cerca, de respirar su olor de semental bravio. PAPACITO RICO.
Yo trataba de actuar lo mas normal posible, pero tenia que hacer un esfuerzo muy grande para no abrazarlo, besarlo, lamerlo de los pies a la cabeza. Que cuerpo tan cachondo y musculoso tenia mi Tío Ignacio. Yo me imaginaba lo divino que seria tenerlo encima de mi, abriendome las piernas para apoderarse de mi agujero con su verga jugosa y afilada. Demandando y exigiendo que le diera mi culo para taladrarlo con su verga, para llenarmelo de su néctar blanco de Macho exquisito y único.

Y mientras lo veía bañarse, mi mente volaba sin limites.

Lo que daría por estar bañandome con EL, de poder acariciar con mis manos su pecho hermoso, y recorrer su espalda fuerte. De poder besar cada rincón escondido de ese cuerpo tan caliente, velludo y fuerte, de macho delicioso.


 Sentir su aliento y su respiración agitada mientras con mi boca le daba la mejor mamada de verga que nadie le haya dado jamas. Enseñarle que solo otro hombre sabe lo que un hombre quiere y busca cada vez que se la chupan.

Cuando lo ayudé a secarse fue la parte mas difícil porque ya no aguantaba mas, mi verga estaba bien dura, bien parada; aunque fuera así lo estaba tocando y en mi mente sucia yo me imaginaba que lo estaba acariciando mientras con la toalla recorría todo su cuerpo…
Mi Tio Ignacio tenia los ojos cerrados y estaba recargado contra la puerta de vidrio de la regadera y yo trataba de no verme tan obvio, pero
EL estaba totalmente bajo los efectos de la medicina que no tenia ni idea de lo que estaba pasando conmigo. De lo mucho que me calentaba, de lo mucho que lo deseaba. Cuando tuve que pasarle la toalla por la entrepierna, EL se estremeció un poco, no esperaba ese movimiento de mi parte, me detuve por unos segundos esperando una reacción mas clara, EL abrió los ojos y me dejó que lo terminara de secar, pude tocar su verga aunque fuera con la toalla, pero lo hice rápido para no dejarmele ir encima y devorarla con mi boca hasta ponercela dura, bien dura…

--"Gracias por toda tu ayuda, Sobrino. No tienes porque molestarte." me dijo con su voz ronca cuando lo estaba ayudando a acostarse en su cama.

--"No es ninguna molestia, Tio. Al contrario, es una manera de agradecerle que Usted y mi Tia me hayan abierto las puertas de su casa mientras me graduó de la Universidad."

--"No tienes nada que agradecer, para eso somos familia."

Yo tragué saliva, era verdad, a pesar del problema entre EL y mi Tia, seguíamos siendo una familia y lo que yo sentía por EL era inaceptable; mas sin embargo no sabia como dejar de sentirlo, de excitarme, de desearlo como lo deseaba.

--"Voy a ir a mi cuarto a darme un baño rápido y me voy a quedar a dormir aqui en su cuarto en el sofá por si se le ofrece algo durante la noche."

--"No tienes que hacer eso, yo voy a estar bien."

--"Solo por esta primera noche." le dije con una firmeza que hasta mi mismo me sorprendió.

EL estaba muy cansado y bajo los efectos de la medicina para oponer resistencia, solo movió la cabeza para aceptar mi propuesta y cerrando los ojos se quedó dormido.

Mientras me bañaba me tuve que jalar la verga reviviendo la escena de mi Tio Ignacio bañandose, me vine a chorros cuando me meti un dedo por el culo pensando en el placer que seria sentir la verga de mi Tio adueñandose de mi.

Después de bañarme me puse el calzoncillo morado que me había comprado hacia días. Había llegado el momento de que mi Tio Ignacio me viera usando ropa interior del color que tanto le gustaba. Y así con el puro calzoncillo regresé a su recamara.
Mi Tio dormia tranquilamente, se veia cachondamente provocador, tambien traia puesto solo un calzoncillo blanco, dejando al descubierto todo su cuerpo velludo y lleno de musculo. Que dichosas eran todas las mujeres que habían disfrutado de su virilidad mientras les reventaba la panocha y el culo. Que envidia me daban, yo daría lo que fuera por sentir eso aunque fuera solo una vez.

Batallé para dormirme en el sofa, pero el cansancio me ganó.

El ruido de la alarma me despertó a las 3 de la madrugada. Era la hora para la medicina de mi Tio. Salté del sofa y mi Tio Ignacio tambien despertó al oir la alarma.

--"Es hora de su medicina." le dije yo mientras le daba un vaso de agua y su pastilla. Nuestras manos se rozaron mutuamente y yo sentí un choque de electricidad sacudir cada parte de mi cuerpo.
Mi Tio abrió los ojos cuando se dio cuenta de que yo traía puesto solo un calzoncillo y que ese calzoncillo era de color morado. Pensé que iba a decirme algo, pero me recorrió de arriba a abajo y luego de tomarse su pastilla me devolvió el vaso vacío y nuestras manos se volvieron a rozar y cuando con su mano fuerte y rasposa me agarro del brazo, me quedé inmóvil y asustado.

--"Ya que te quedaste en mi cuarto para cuidarme, lo menos que puedo hacer es compartir mi cama, es muy incomodo dormir en un sofá."

Obvio EL me estaba ofreciendo su cama para mi comodidad, mas nada, pero el corazón se me quería salir por la boca al escuchar semejante invitación.

--"Esta seguro, Tio? Yo soy de los que se mueve mucho cuando duerme, no me gustaría lastimarle su pierna."

--"No me vas a hacer nada, para eso esta enyesada; aparte la cama es tamaño king, hay suficiente espacio para los dos."

Dejé el vaso sobre la mesa de noche y fui al sofa por mi almohada, no tenia que agacharme, sin embargo lo hise, yo sabia que mi Tio me estaba mirando, podia sentir su mirada sobre mi trasero, viendo como me quedaba el calzoncillo morado. Yo queria que EL me viera así y por fin ese momento había llegado.
Cuando me di la vuelta, su vista estaba clavada en mi, yo caminé lentamente hasta la cama, los pocos chavos con los que me había acostado antes me habían dicho que les gustaba mi cuerpo, lampiño, marcado y que mis piernas y mis nalgas paradas les gustaban un chingo.
Yo quería que mi cuerpo le gustara a mi Tio, que le llamara la atención aunque fuera solo un poquito.
Me recosté en el lado opuesto de la cama, el lado que imagino era el lado de mi Tia, pero esta noche ella estaba muy lejos.

--"Gracias otra vez." me dijo EL con esa voz que derretía a cualquiera y apagó la luz de la lampara.

--"De nada, Tio." le respondí yo en voz baja.

En cuestión de minutos, Mi Tío se quedó dormido. Mientras que para mí era casi imposible hacer lo mismo. El silencio de la noche solo se interrumpía por la respiración tranquila del Semental que estaba a un lado mío. El ejemplar masculino mas cachondo y pervertido que yo conocía. El hombre que me enloquecía la mente, el alma y el cuerpo y que jamas podría tener….

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Los días fueron pasando y yo les confieso que aveces me salía temprano de la Universidad para regresar a la casa a cuidarlo. Mi Tio Ignacio se dio cuenta, pero yo le inventaba excusas. Las escapadas de la escuela no iban a afectar mi rendimiento escolar y por nada del mundo me iba a perder de esta oportunidad de estar tan cerca de EL.
Aunque mi Tío ya estaba aprendiendo a usar las muletas y podía caminar mas con ellas, la medicina lo hacia dormir mucho.

Una de las tardes que regresé a la casa, EL estaba profundamente dormido en su cama, totalmente desnudo y solo una almohada cubría su verga.


Me acerqué a EL como si fuera un imán, parecía un tigre descansando tranquilamente, pero aun dormido se veía chingonamente buenísimo, deseable y apetecible al mil porciento.

En uno de los movimientos que dio mientras dormía, se quitó la almohada que cubría su verga y el corazón se me quiso salir cuando vi lo dura y afilada que la tenia. Tragué varias veces saliva y me quedé inmóvil contemplando aquella hermosa verga que estaba majestuosamente erecta.   Yo quería mamarla, chuparla. Me quedé frente a la cama mientras me pasaba una mano por mi propia verga que también se había alborotado. Me desabroché mi camisa y el pantalón tratando de no hacer ruido y no despertar a mi Tío Ignacio.
Con mi mirada recorrí su cuerpo casi desnudo y me mordi los labios de la calentura que sentia. Ese cuerpo velludo y musculoso me trastornaba, me hacia hervir la sangre. Me quité la camisa y el pantalon y los dejé caer sobre el piso. Mi verga estaba endurecida y mi culo se dilataba imaginando lo maravilloso que seria cabalgar aquella reata llena de vida y que necesitaba atención. Me estaba consumiendo en el fuego de mi deseo, nada me importaba, nada me daba miedo. Me arrodillé a la orilla de la cama y con una mano temblorosa empecé a acariciar la verga afilada de mi Tio. Me estaba valiendo madres todo, yo solo queria satisfacer mi deseo por El Esposo De Mi Tia.
Me valia madre que mi Tio despertara y me descubriera, porque lo unico que me importaba era probar su verga,
Me valia madre que al descubrirme se me fuera a armar un pedo enorme con mi familia, porque lo unico que a mi me importaba era chupar aquella hermosa verga, grande, gruesa y fabulosa,
Me valia madre todo. Todo.

Levemente acaricie su verga con la punta de mis dedos, EL seguia dormido, pero aun así su cuerpo se estremeció, me detuve para ver si iba a despertarse, pero seguia dormido, volvî a pasarle mi mano y poco a poco le fui sobando con mas y mas intensidad su verga hasta que mi Tio Ignacio empezó a gemir de placer aun estando dormido.

--"Chupame la verga muñequita…" dijo EL con sus ojos cerrados, seguro estaba soñando con alguna de las mujeres con las que engañaba a mi Tia; pero yo me aproveché de la situación; su verga hermosa necesitaba y solicitaba atención y yo estaba dispuesto a darle la mejor atención del mundo. Me puse de pie y me subi a la cama suavemente, sin hacer mucho ruido y tratando de no lastimar su pierna enyesada, me agaché y con mi lengua tibia le acaricié aquella verga con la que tanto había soñado. Recorrî su tronco de carne lentamente, asegurandome de que no quedara un solo espacio sin tocar, sin saborear.

--"Aaahhh…muñequita así, así… hazlo como tu sabes…" susurró en su sueño.

Yo fui envolviendo con mi lengua y mi boca aquella verga hermosa y poco a poco me fui apoderando de ella hasta que me la tragué toda.

--"Ooohh…aaahhh... que buena eres para mamar verga, muñequita preciosa….así…oh así…"

Era increíble que mi Tio siguiera dormido, no me cabia la menor duda que EL estaba soñando, solo yo sabia lo que estaba pasando, entre realidad y fantasía yo no iba a dejar pasar esta oportunidad.
El deseo sucio por mi Tío me daba las fuerza para seguirme arriesgando. Su olor de macho me llegó como la adrenalina que necesitaba para olvidarme de todo. Olía a hombre, era exquisitamente perturbador, su olor de Macho limpio era inconfundible, como una adicción imposible de superar.
Y Poco a poco, EL dormido y caliente, Yo despierto y enloquecido nos fundimos en un ritmo de verga contra boca. Yo succioné, lamí, chupé y mamé como si fuera la ultima vez, como si jamas volveria a tener otra verga en mi boca.

--"Que rico se siente muñequitaaa…"

Sus susurros inconscientes, me calentaban y excitaban aun mas. Me apoderé de su verga y con una mano le acariciaba levemente sus testiculos, sus bolas estaban llenas, duras.

--"Oohhh…así, sigue así… no pares…"

Y claro que no iba a parar. No hasta que le sacara toda su leche, hasta la ultima gota.


Yo sabia que de un momento a otro mi Tío Ignacio iba a despertar y cuando eso pasara se iba a enojar al descubrirme mamandole la verga, pero no me importaba que se enojara, porque yo estaba cumpliendo uno de mis deseos mas chingones, disfrutar de su verga aunque el no estuviera consciente de que era yo quien se la estaba mamando y no su "muñequita".

Su verga estaba durisima, sus bolas estaban listas para explotar, seguía dormido, pero los gestos en su rostro era una advertencia de que mi boca y mi lengua lo estaban acercando al punto donde no había regreso.
Al punto del éxtasis total.

--"Ooohhh….aaaaahhh… ya me voy a venir muñequitaaaaaa…."

Y con un estremecimiento de pies a cabeza, mi Tio Ignacio explotó en chorros enormes de leche, y yo no lo pensé dos veces, me la tragué toda, estaba calientita, deliciosa, chingonamente sabrosa. Yo estaba temblando de la emoción de haber podido probar el jugo de tremendo Macho, de ese Semental divino que era El Esposo de Mi Tia.
Disfruté cada gota de su leche y cuando le di un beso suavecito en la punta de su verga para asegurarme de que quedara bien limpiecita, levanté mi mirada para ver el rostro de mi Tio, sus ojos estaban abiertos y fijos en mi…..

Yo me levanté de la cama y le di la espalda a mi Tío, me había descubierto, me quedé parado por unos segundos esperando a que me dijera algo… de seguro me iba a dar una buena regañada. Cuando pasaban los segundos y no dijo nada, me di la vuelta y sus ojos estaban cerrados, pero su pecho seguia palpitando aceleradamente por la reciente descarga de leche que acababa de tener. No sé si se estaba haciendo el dormido esta vez. No sé si solo fue mi imaginación la que me hizo pensar que había despertado y abierto sus ojos por unos segundos. No sé que fue lo que pasó, lo que si sé y recuerdo perfectamente es que mi verga seguía bien dura y necesitaba darle el alivio que tanto reclamaba.
Me escupí mi mano derecha y me la empecé a jalar mientras contemplaba el cuerpo magnifico de mi Tio Ignacio, su verga debía estar descansando después de la mamada que yo le acaba de dar, pero estaba semi erecta.
Senti una ganas enormes de subirme otra vez a la cama, pero mejor me fui al Sofa que estaba enfrente y tratando de no hacer ruido me senté y eché las piernas al aire y con una mano me empecé a dedear el culo y con la otra a jalar mi verga mientras contemplaba aquel Semental que era El Esposo de Mi Tia y mi deseo prohibido.

Cerré mis ojos para entregarme al placer que me estaba autoregalando y después de un dedo me metí otro mas y apresuré las manotadas a mi verga y llegó el momento en que ya no podía aguantar mas y me vine a chorros sobre mi estomago.


Cuando abrî mis ojos vi a mi Tio parado a un lado de su cama jugando con su verga… nuestras miradas se encontraron y en su rostro se dibujó aquella sonrisa de macho conquistador que tanto me gustaba. 

--"Si lo que mi Sobrino quiere y necesita es una verga que le atienda ese culito que se ve muy rico y bueno, lo único que tiene que hacer, es decirmelo…." exclamó EL con su voz ronca y masculina, mientras recorría mi cuerpo desnudo de arriba a abajo.

Lo estaba imaginando o era una realidad. Esto de verdad me estaba pasando a mi??


CONTINUARA el próximo Sábado 18 de Octubre !!!
Aquí los espero Cabrones.
#Ahuevo






































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