Friday, October 31, 2014

SERIE CALIENTE: El Esposo De Mi Tia ( Episodio # 4 )


Mientras observaba el chupetón que me acababa de hacer mi Tio Ignacio, sus palabras retumbaban en mi mente y mis oídos:

--"Eso es para que el hijo de la chingada que te la clavó esta noche, sepa que el único dueño que tienes soy Yo, tu Tío Ignacio y nadie más."

Su voz ronca era como una caricia sobre mi piel desnuda, era una advertencia de que estaba celoso?? Mi verga estaba dura de tan solo pensar en esa posibilidad. Todo esto era morbosamente excitante. A tan solo unos metros de distancia estaba la recamara de mis Tios. Mi Tia había regresado y ahora compartía la cama con SU marido. El Macho mas delicioso que yo conocía y que acababa de salir de mi cuarto dejandome una marca en mi cuello. Como si yo fuera de su propiedad. Dejando bien claro que no me iba a compartir con nadie. Marcando su territorio.
Me mordí el labio inferior recordando los sabrosos momentos en que le había chupado la verga y sacado su leche a mi Tio Ignacio. Con una mano me empecé a jalar la verga y con la otra me apreté mis tetillas, fuerte, bien fuerte…una auto-tortura deliciosa.
No había pasado mucho tiempo desde mi acostón con Carlos y mi verga estaba endurecida otra vez y mi culo hambriento como si no me hubieran dado aquel tremendo revolcón. No había duda alguna que había gozado la reventada de culo que Carlos me había dado. Era un Semental completo.
Pero esta calentura interminable e incontenible tenia un nombre: Mi Tio Ignacio. Su efecto sobre mi era imposible de describir, de entender.
Mi calzoncillo cayo al piso y abri mis ojos para verme frente al espejo. A Carlos le había gustado mi cuerpo, sus manos me habían recorrido todo, explorando, disfrutando, a mi me gustaba un chingo el suyo. Pero el cuerpo de mi Tio Ignacio era mi veneno; mi mente lo sabia, pero mi corazón no lo entendía.
Cerré mis ojos para seguir disfrutando del placer que me estaba regalando a mi mismo. Mi Tío me había dejado una marca en mi cuello para que lo recordara cada vez que la viera.
Pero si a EL le gustaba andar cogiendo con todas sus "muñequitas", y no me refiero a mi Tia, ella era su esposa y yo así lo entendía. Pero a las otras mujeres seguramente se las iba seguir cogiendo cada vez que pudiera… entonces yo también me iba a seguir acostando con Carlos si él me lo volvía a pedir. Aunque me moría por sentir la verga de mi Tío Ignacio adentro de mi, no iba a despreciar a un macho como Carlos.

Aceleré los manotazos sobre mi verga, ya no aguantaba mas, necesitaba encontrar el alivio y venirme.

--"No puedes dejar de pensar en mi."

Pensé que lo estaba imaginando, pero cuando abrí los ojos, vi a Mi Tío Ignacio de regreso en mi cuarto. Se acercó a mi hasta quedar a milímetros de distancia, yo podía sentir el calor de cuerpo atrás del mío, yo traté de cerrar la distancia entre nosotros y le quise restregar mi trasero y mi espalda contra su pecho y su verga, pero no me dejó; dio un paso hacia atrás.

--"No me toques, Cabrón. Te fuiste a buscar otra verga y me dejaste aquí…" su voz era baja, era un reclamo casi silencioso, pero acusador.

Mis bolas estaban duras y necesitaba chorrearme, tener a mi Tio Ignacio tan cerca de mi, sentir el aliento de su boca era el detonador que necesitaba para terminar de auto-satisfacerme. Yo queria tocarlo, pero EL no se dejaba. Yo podia ver su cara a traves del espejo. Estaba enojado conmigo.
Yo me di la vuelta y quedamos frente a frente.

--"Pero Usted estaba con mi Tia, yo pensé que nosotros no teníamos una posibilidad esta noche…yo creí que…"

--"Callate, Cabrón." me ordenó con esa seguridad y dominio de si mismo que tanto lo caracterizaba. "Tu Tia y yo cachondeamos bien chingon pero no me la cogí porque anda en sus dias. Y no me la pude coger por atras porque no le gusta darme el culo."

Recordé la escena que vi en su cuarto, donde mi Tia se la estaba mamando y mi Tío se venia a chorros. Su explicación  me dejo sin palabras. Mi Tio Ignacio iba a cumplirme su promesa si yo no me hubiera salido de la casa??
Me acerqué a EL, quise abrazarlo, pero no me dejo, volvió a dar otro paso hacia atrás. Su verga estaba semi dura.

--"No me toques, Cabrón." Me volvió a ordenar.

--"Pero yo no quiero que este enojado conmigo." le dije esperando que entendiera que estaba siendo sincero.

Su mirada se clavó en mi verga dura.

--"Se te puso dura recordando la cogida que te dieron, verdad?" su tono de voz era acusador y hasta de rabia. O eran ideas mías??

--"Nooo." le contesté yo y no me di cuenta que subí mi voz.

--"Habla bajito, tu Tia está dormida y no quiero que se despierte, Cabrón."

--"Se me puso dura porque estaba pensando en todos los momentos que compartimos Usted y yo antes de que regresara mi Tia. En las ricas mamadas de verga que le di. En las deliciosas sacadas de leche que le di."  Y me acerqué a EL. Esta vez no se movió, estabamos a solo centímetros de distancia. Su cuerpo desnudo irradiaba un calor caliente y torturador.

EL se escupió una de sus manos y luego tomo mi verga para empezar a jalarmela. Yo quise acariciarle su musculoso y velludo pecho, pero otra vez no me dejo hacerlo.

--"Tu no me puedes tocar, hasta que yo te de permiso!!"

Me sentia frustrado de no poder tocarlo y al mismo tiempo estaba temblando por el placer que me estaba dando al masturbarme con sus manos; eran unos movimientos precisos y deliciosos que hablaban de un macho que sabia como masturbarse EL mismo y ahora me lo estaba haciendo a mi. Cerré mis ojos y me entregué al placer que me estaban dando aquellas manos fuertes y masculinas. No pasó mucho tiempo antes de que me viniera en chorros enormes de leche, me estremecí de pies a cabeza. Disfrutando cada espasmo de placer. Cuando abrí mis ojos, vi que casi todo mi semen estaba en las manos de mi Tío Ignacio.
EL sonrío de esa manera cachonda y pervertida que tenia que tanto me excitaba.

--"Eres un secreto prohibido que no voy a compartir con ningún hijo de la chingada, ENTENDIDO?"

Y antes de que yo pudiera contestar, mi Tío Ignacio me paso sus manos por mi rostro, llenandolo de mi propia leche, abrí mi boca y saboree aquel exquisito y tibio jugo. Mi jugo.

Me quedé inmóvil mientras EL fue a lavarse las manos al baño, cuando regresó yo me acerqué a EL.

--"Usted es el unico que me vuelve loco Tio Ignacio. Nadie mas me importa." le dije con toda la sinceridad del mundo.

--"Eso me lo vas a tener que probar. Yo te voy a decir como le vas a hacer para ganarte mi verga adentro de tu culo, Cabrón." exclamó EL mientras me paso los dedos de su mano derecha por el chupetón que me había hecho. Y sin decir mas, salió de mi cuarto.

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Era ya muy tarde cuando desperté, era un día soleado de Octubre. La casa estaba en total silencio. Era Sábado y seguramente de lo cansado que estaba no había escuchado ningún ruido. Después de darme un buen baño, me vestí y salí de mi cuarto. No había nadie en la casa.
Cuando pasé por el cuarto de mis Tíos, la puerta estaba abierta y no pude controlar mis ganas de entrar. Todo estaba en orden.
Por alguna razón, un sobre color anaranjado que estaba sobre uno de los buró me llamó la atención. Era una invitación para una fiesta de disfraces de Halloween, la organizaba la compañía para la que trabajaba mi Tío Ignacio. Se llevaría acabo en uno de los salones de eventos mas importantes en el área hotelera de la ciudad.
No me imaginaba a mis Tíos asistiendo a un evento así, pero la celebración mas que de Halloween era para celebrar los 100 años de fundada la empresa.
Dejé el sobre cuidadosamente sobre el buró, tratando de que no se notara que alguien lo había movido.
Caminé sin pensarlo hasta el baño de la recamara de mis Tios y el aroma de afeitar y el jabon que usaba mi Tio Ignacio me llegó hasta las entrañas. Me vi al espejo y el chupetón que EL me había hecho ya estaba pasando de color rojo a un color morado. Tenia que ponerme una camisa que lo escondiera mejor. No podia arriesgarme a que alguien me lo fuera a ver y me empezaran a hacer preguntas incomodas.
Mi verga se empezó a alborotar cuando vi la canasta de la ropa sucia. Tomé una de las camisas del trabajo de mi Tio Ignacio y la empecé a oler. Su aroma de Macho no se comparaba con nada, su olor de hombre, su esencia masculina era total y completamente adictiva; pero cuando tomé uno de sus calzoncillos y me embriagué de su aroma mi verga estaba totalmente endurecida y mi culo protestaba en frustración. Cuanto tiempo mas iba a tener que esperar antes de sentir por primera vez la verga de mi Tio Ignacio??

El sonido de mi celular me sacó de mi mundo calenturiento. Era un mensaje de texto de Carlos.

[[[[ Hola Edgar !
Solo quería decirte que me la
pasé bien rico contigo anoche]]]]]

Aquel mensaje me dio bastante gusto, porque yo también me la había pasado muy bien.

[[[[ Yo también Carlos !
Eres increíble ]]]]]

Le contesté yo. Y así inicio una serie de mensajes entre Carlos y Yo que poco a poco fueron subiendo de tono. Yo había pasado una gran noche con él y no iba a perderme la oportunidad de volver a gozarlo. Solo tenia que tener cuidado que mi Tío Ignacio no me descubriera. EL tenia a todas sus muñequitas… yo tenia a Carlos.

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Aquella tarde cuando mis Tíos regresaron, yo estaba en la sala con mi lap top haciendo tarea. Sus risas se escuchaban desde que se bajaron de la camioneta. Sentí algo desconocido dentro de mi. Era la primera vez que iba a verlos juntos después de la ausencia de mi Tia.
Ella me saludo con la misma efusividad de siempre y yo me sentí un miserable por sentir lo que sentía por su marido. Pero el leve remordimiento pasó rápidamente cuando vi a mi Tío Ignacio entrar a la casa. Traía puesto unos shorts negros y una camisa verde sin mangas que marcaban y remarcaban el tremendo cuerpo que tenia. Bajo sus lentes oscuros no podía ver ni leer su mirada, pero se que me estaba mirando. Yo me había cambiado de camisa, para asegurarme que no se viera el chupetón que EL me había hecho.

Cuando mi Tia y yo nos quedamos solos, ella me contó que habían ido a la tienda a comprar unos disfraces para la fiesta del trabajo de mi Tío Ignacio.
En el fondo de mi, pensé que me iban a invitar. Pero no. Ninguno de los dos me invitaron. Quizá el cupo era limitado.
Por la noche, mis Padres regresaron de visitar a sus familiares en la ciudad y pasaron la noche con nosotros. El Domingo fui a desayunar con ellos antes de que se regresaran al pueblo. Mi Papá me dio la mensualidad del mes y un dinero extra por las buenas calificaciones. Y ese dinero extra solo sirvió para que se me viniera una idea a la mente….

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Una de las tardes que regresé de la Universidad, no había nadie en la casa. Mi Tío Ignacio debía estar en el trabajo y mi Tia seguramente andaba con alguna de sus amigas. No podía desaprovechar la oportunidad.
Sin miedos ni titubeos, entré a la recamara de mi Tios. Pensé que iba encontrar lo que buscaba sin batallar, pero no estaba en el mismo lugar de hacia dias. Pero cuando abrí el cajon del buró, la encontré.
Tomé la invitación para la fiesta de disfraces de Halloween del trabajo de mi Tio. Era Miércoles y la fiesta seria el Viernes.
Yo también iba a asistir a esa fiesta. Yo también tenia una invitación para tan importante evento. Y yo también tenia mi disfraz que me había comprado hoy de regreso a la casa.

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El Viernes durante el desayuno, mi Tia comentó que no encontraba la invitación para la fiesta. Para mi buena suerte, mi Tío Ignacio le dijo que no era necesaria, que podían entrar con el gafete que EL usaba en su trabajo.
Yo no tenia ni idea de que iban a ir disfrazados, pero era importante saberlo para poder llevar acabo mi plan. Por la noche, mi duda quedo despejada.
Mi Tia se disfrazó de Princesa, se veia muy bien, tenia un buen cuerpo y todo lo que se ponía le quedaba bien.
Cuando vi salir a mi Tio de su cuarto, se me quiso detener el corazón; estaba disfrazado de Bombero. Pero no un Bombero cualquiera, un Bombero calenturientamente hermoso y deseable !!

Un disfraz que marcaba su musculoso cuerpo.  El pantalon ceñido a sus fuertes piernas, acentuando sus nalgas paradas y su buen paquete. Aquella verga que tanto me gustaba. La camisa roja pegada mostrando aquellos brazos llenos de músculos, fuertes y masculinos. Se me hizo agua la boca, las manos me temblaban por las ganas incontrolables de acariciar aquel delicioso Macho. Su porte y personalidad formaban el complemento ideal para hacerlo ver rudo e imponente. Un Bombero apetecible escapado de un cuento de hadas, o mejor dicho de una película porno. Mi Tio Ignacio se veia chingonamente antojable y provocador.
Nuestras miradas se encontraron y EL me guiño el ojo mientras ayudaba a mi Tia con su vestido. Después de una semana desde aquella noche en mi cuarto, me daba un poquito de su atención. Seguía molesto conmigo, pero sabia bien que lo estaba admirando, que se veía guapísimo con ese disfraz y mucho mejor sin el. Era un castigo verlo y no poder tocarlo.

--"Vas a ir a celebrar a algún lado con tus amigos, Sobrino?" me preguntó mi Tia.

--"Si, Tia. Al rato va a venir un Amigo a levantarme para irnos a una fiesta. No voy a llegar a dormir." le contesté yo.

Atraves de su mirada,  Mi Tio Ignacio me estaba preguntando a donde chingados iba a pasar la noche. Seguramente estaba asumiendo que con el hombre con el que me había ido hacia una semana. La vena del lado izquierdo se le saltó, haciendose mas visible y eso le pasaba cuando se enojaba y no podía decir nada. Como ahorita, que tenia que irse sin saber a donde me iba a ir  yo. Ni con quien.

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Media hora después de que mis Tios se habían marchado, el taxi que había llamado llegó por mi. El trayecto al hotel donde se iba a llevar acabo la fiesta de disfraces no fue largo.
Al llegar fui directo al lobby a registrarme y levantar la llave del cuarto que había reservado. Me iba a terminar todo el dinero que me habían dado mis padres para los gastos del mes, pero en este momento no me importaba nada.
Camino a mi cuarto en el quinto piso, pasé por el salon donde se iba a llevar acabo la fiesta, había mucho gente y todo tipo de disfraces. Mi Tío Ignacio trabajaba para una empresa internacional, era obvio que el evento iba a ser muy concurrido.

Ya una vez instalado en el cuarto, puse manos a la obra. Me bañé y di inicio a mi transformación. Mi disfraz tenia que dar el resultado que yo esperaba, causar el efecto que necesitaba para llevar acabo mi plan. Todo tenia que salir bien. Como hasta ahorita. Y así tenia que ser hasta el final.
Paso a paso me fui convirtiendo en una nueva persona, gracias a la magia del maquillaje, los colores, la ropa, la peluca, la mascara y el arte completo de un disfraz.
En poco mas de una hora por fin terminé. Me vi por ultima vez frente al espejo, admirando mi propio trabajo de transformación.
Era una fiesta de Halloween y todos se valia. Todo estaba permitido.  No había reglas. Me había convertido en una provocadora Diabla roja.

Yo estaba listo para el ataque. Listo para hacer caer en mi magia roja al que se dejara. Y el primero en caer tenia que ser mi Tío Ignacio. Al precio que fuera lo iba a conseguir. Durante toda una semana me había castigado con su indiferencia. Seguía enojado conmigo por haberme ido a buscar verga la misma noche que EL me había prometido la suya. Ahora me tenia esperando hasta que EL quisiera. Una espera que yo no estaba dispuesto a soportar. Yo le iba a demostrar que EL no siempre iba a ganar ni a salirse con la suya. Esta noche y con la ayuda del disfraz de Diabla Roja la ultima palabra la iba a tener Yo.
Debo confesar que no me sentia comodo disfrazado de mujer, no por estigmas equivocados, sino por lo incomodo de usar las botas de tacon, la faja para hacerme una cintura de mujer y el brazier con los senos falsos. Pero estaba dispuesto a aguantar cualquier incomodidad y sacrificio por mi Tio Ignacio. Me vi por ultima vez en el espejo, asegurandome que todo estuviera en su lugar. Tomé la invitación a la fiesta y la llave del cuarto. Era hora de bajar al salon y unirme a la celebración.

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Eran aproximadamente cerca de las 10:30 de la noche cuando estaba haciendo linea para entrar a la fiesta. Mientras esperaba, podía ver desde donde estaba formado un poco de lo que estaba pasando adentro, había mucha gente y un gran ambiente. Lo primero que tenia que hacer cuando entrara era localizar a mi Tío Ignacio. Nada me podía fallar. Estaba nervioso, pero emocionado.

[[[[ Me gustaría que estuvieras aquí en
la fiesta de Halloween ]]]]

Era un mensaje de texto de Carlos. No sé porque no me había acordado que él y mi Tío Ignacio trabajaban en la misma compañía. Me había concentrado tanto en esta fiesta y en mi disfraz, que me había olvidado de Carlos por unos días. Tenia que hacer un tiempo para verlo.

[[[[ A lo mejor se te concede ]]]]

Le contesté yo.

Me llegó la hora de mostrar la invitación para entrar a la fiesta. Se me quería venir el mundo encima cuando me empezaron a hacer muchas preguntas, que en cual departamento trabajaba, quien era mi supervisor, etc, etc.

--"Yo soy invitada de Ignacio Montemayor. Jefe del departamento de electricidad." les contesté yo con la voz fingida de mujer, esperando sonar convincente. Había estado ensayando la voz suave de mujer. Todo tenia que salir bien.

Después de varios segundos de revisar la lista de empleados por orden alfabetico en la computadora, me dejaron entrar. Volvi a recuperar un poco de calma.
El salón estaba definitivamente lleno de invitados. Estaba algo oscuro, pero ideal para la ocasión. Y en mi caso, entre menos luz hubiera, mas fácil seria pasar por una mujer y engañar a todos, hasta llegar a mi  único objetivo: Mi Tío Ignacio.
Hacia mucho que no iba a una fiesta de disfraces. Y esta fiesta estaba por todo lo alto. Cuando uno de los meseros se me acercó para ofrecerme una bebida, no perdí tiempo en aceptarla. Eso me iba a ayudar a relajarme. Caminé por el salón buscando a mi Tío Ignacio. A la que encontré primero fue a mi Tia, estaba con un grupo de mujeres. Pero donde estaba mi Tío Ignacio??
Segui caminando entre los invitados y en una esquina vi a Carlos y a su esposa. Carlos andaba disfrazado de Doctor, el perfil de su cara era inconfundible. Se veia muy bien, sin embargo no podia competir con el disfraz de bombero de mi Tio.

Le di varias vueltas al lugar y no podía encontrar al hombre mas cachondo y guapo de la fiesta. Cuando me estaba tomando mi segunda copa, lo vi salir del área de los baños. me tomé el vino que quedaba en mi copa de un solo trago. Que hermoso Semental era mi Tío Ignacio. Que presencia. Que cuerpo. Que ganas de que me cogiera ahí mismo, delante de todos.

Pensé que se iba a ir a buscar a mi Tia, pero se quedó parado en una esquina observando a la gente mientras disfrutaba de su cerveza.
Yo estaba escondido detrás de un muro para que EL no me viera. No era el momento todavía.
Cuando un mesero me ofreció la tercera copa de la noche, vi que una mujer disfrazada de enfermera se le acercó a mi Tio. Sentí que la sangre me hervía, pero era de esperarse que las mujeres anduvieran atrás de EL, semejante machote podia tener a quien EL quisiera y con lo puto que era, todo encajaba perfecto.
Sin pensarlo, me acerque para oir lo que hablaban. La musica estaba fuerte, por lo que tuve que acercarme mas de lo que debía para poder oír mejor.

--"Que guapo te ves Ignacio. Que suerte tiene tu mujer." le decía "la enfermera"

--"Tu también te ves bien buena con ese uniforme de enfermera. Que suerte tiene tu marido." le contestó mi Tío y sin ningún recato le paso las manos por el busto, haciendo que la mujer se estremeciera.

--"Cuando nos vamos a ir por ahí para pasarla bien tu y yo?" le pregunto ella.

--"Tu dime cuando te puedes escapar y nos vamos después del trabajo." le dijo EL.

O sea que trabajaban juntos. Mi Tio era un puto de putos. Se metia con quien fuera. A todas les daba su verga y a mi me estaba haciendo esperar. Era momento de empezar con mi ataque. Aprovechando que una pareja de jovencitos pasaba cerca de mi, me hice el que me empujaron y le vacíe mi copa de vino a "la enfermera".
La mujer estalló en gritos. Mi Tio se ofreció a ayudarla, pero ella se fue corriendo al baño. Yo aproveché para sacarle platica a mi Tio, tratando de que mi voz fingida de mujer me saliera lo mejor posible.

--"Disculpeme. Lo siento mucho por su esposa." le dije yo

--"No es mi esposa." me contestó EL y me sonrió de esa manera que me ponía tan caliente. Su mirada me recorrió de arriba a abajo. Y luego le hizo una señal a uno de los meseros para que me trajera otra copa. Siempre tan caballeroso mi Tio. "Usted vino con su esposo?"

--"No. Soy divorciada. Tengo mucho tiempo sola." le contesté yo en un tono seductor y me mordí los labios, detalle que no pasó desapercibido para EL.

--"Una mujer como Usted, joven y bella no debería estar sola."

--"Gracias. Es que a mi me gustan los hombres mayores que yo y ellos ya están casados." le dije sonriendo.

--"Usted busca algo serio solamente?"

--"No. Aveces algo de diversion es buena." le contesté y me le acerque.

--"A veces No. Siempre es buena." me corrigió EL y se me acerco. Nuestros cuerpos quedaron juntos y yo podía sentir su fuerza. "Me atraen mucho las Diablas y si son rojas, mejor."

No cabía duda de que a mi Tio le gustaba ir directo al grano, sin rodeos. Yo también iba a jugar su juego de la misma manera.

--"Yo necesito un bombero que me apague el fuego del infierno en el que vivo." le dije con la voz fingida de mujer que cada vez me salía mejor. A lo lejos vi a mi Tia buscando a mi Tio. Tenia que darme prisa.

--"Yo te apago lo que tu quieras." me aseguró EL.

--"Me voy a quedar a dormir en este hotel. Estoy en el cuarto 515. Te espero a las 12:30 Me gusta que me den por atras, si te animas te espero." le dije yo pasandole la cola de mi disfraz de diabla por su entrepierna. Y me alejé antes de que nos viera mi Tia.

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Carlos me seguia enviando textos.

[[[[ Estoy en la fiesta.
Encuentrame. ]]]]

Lo reté yo. Eran las 12:15 cuando subí a mi cuarto. Me moría por saber si mi Tío Ignacio iba a aceptar mi invitación. Las manos me sudaban en anticipación de lo que podría pasar. En mi cuarto me aseguré que mi disfraz estuviera en perfecto orden, le di unos ajustes a la mascara y listo.
Cuando pasaron de las 12:30 y mi Tio Ignacio no llegaba, los nervios se empezaron a apoderar de mi. Finalmente, a las 12:45 tocaron a la puerta. Vi por el pequeño orificio de la puerta, era EL. Mi Macho delicioso.

Antes de abrir la puerta, una idea cruzo mi mente: me jalé la cola de diabla de mi disfraz hasta arrancarla. Me vi en el espejo de espaldas. Había quedado un hoyo redondo en mi trasero, justo en mi rajada a la altura de mi culo.
Idea perfecta, retorcida, sucia pero exquisitamente perturbadora y cachonda.
Abrí la puerta y mi Tio entró con aquellos caminados tan machos y de dominio completo tan de EL. Cerré la puerta. Mi Tio pidió permiso para entrar al baño.
Cuando salió yo lo estaba esperando en cuatro patas arriba de la cama, mostrando el hoyo de mi disfraz.
Ofreciendole mi culo. Regalandome. Pidiendole que me tomara como solo los Machos como EL saben hacerlo.

--"Que rica Puta que eres!!!!" me dijo

--"Dame tu verga Papito Lindo." le contesté como perra en brama.


CONTINUARA el próximo Domingo 2 de Noviembre….. Los Espero Cabrones #Ahuevo











































2 comments:

  1. Gracias por compartir las historias, aunque en mi humilde opinion, esta historia y la del hijastro son casi iguales a diferencia de la longitud narrativa. Yo creo que si el sexo es entre "machos" el uso de estarse diciendo putita y perra hace que los personajes jovenes parezcan colegialas en brama, poseidas por un señor de mayor edad. Eso baja un poco la cachondes de la historia. Además acaban vistiendose de mujer. Para mi eso no es de cabrones. Los personales derepente usan frases que ya las quisiera cualquier escritora de telenovela mexicana o de libro vaquero, y no creo que ni una mujer diga esas frases. El personaje mayor se antoja, pero el personaje chavito pareciera la peor de las putitas sumisas... Y la idea, quiza estoy equivocado, es cojerse a un cabron bien cabron y no a una jotita desesperada por que se la cojan. Aun asi la idea hace funcionar la imaginación. Saludos y como dije, es solo mi opinion, gracias.

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  2. Qué emocionante esta la historia. Tus fantasías y las mías.

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